domingo, 9 de febrero de 2014

Amor prohibido



Podría haber sido cualquier día, 
pero no lo fue.
Un café sin más,
una conversación entretenida
con el amable camarero,
un dialogo de sonrisas, 
un jugar por jugar,
con los pies en orilla segura,
pero no lo fue...

A lo lejos, 
asaltada por la espalda,
escuché como un tintineo, 
¡esa voz!,que no me pide permiso,
colándose en mi cuerpo...
Para volverme despacito,
con la ingenua ilusión, 
que esa mirada suya,
no me llevaría
a ese paraíso prohibido,
cálido, embriagador, excitante.
Pero no fue así...

De nuevo,
nos cogimos de la mano,
sin ni siquiera rozarnos
paseando por hermosos paisajes,
en la lejanía
de esos siete taburetes impertérritos
que nos separaban...

Hasta que el austero reloj
de la pared de enfrente, sonó,
y el tiempo apareció implacable,
haciéndome despertar,
todavía somnolienta 
a esa otra realidad,
cómoda, segura,sí,
y menos seductora, también,
(para que a estas alturas engañarme),
pero sosegada con la idea,
de no ser compañeros de viaje.

Sólo fue una parada,
un bajar del tren y encontrarnos,
para luego, ya sin mucho alboroto,
despedirnos...
Despojada de ilusiones trasnochadas, 
reconociendo que detrás de ese encuentro furtivo,
la nada, lo envuelve todo.

Este poema, está inspirado y dedicado a todos que en algún momento de su vida se dejaron llevar por un amor prohibido, cayendo en los brazos del desamor y jugaron a ser malqueridos. Y también  para aquellos, que aunque sintieron y reconocieron el embrujo de un amor así, dieron un paso más... y  apostaron por no dejar de ser ellos mismos


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